Los jardines botánicos, un viaje por la búsqueda, la belleza, la meditación y el arte. Lugares de descanso y mediación en los que la naturaleza se encuentra con la historia antigua: los jardines botánicos cubren Italia y protegen su biodiversidad, gestionando los cambios climáticos. Son lugares de estudio, pero también oasis de relajación y asombro, recorridos de flores y plantas raras. Dentro de sus fronteras, artistas y pensadores, rodeados de una belleza singular, han creado grandes obras maestras. Vente de viaje con nosotros por la historia y la naturaleza con una pequeña guía que te hará descubrir los jardines más bonitos de Italia para visitar y fotografiar.
Jardín botánico de Gardone Riviera
Bambúes gigantescos, un jardín japonés y en sus parterres, entre rosas antiguas de olor intenso, asoman por aquí y por allá las obras de Roy Lichtenstein y Keith Haring, junto con las del propietario, el artista y compositor austríaco André Heller. Heller en 1989, en la carretera para la Bienal de Venecia, pasando por Gardone Riviera, descubrió y decidió comprar la villa y el jardín, que posteriormente tomaría su nombre.
Sin embargo, la historia del jardín botánico comenzó mucho antes: a principios del siglo XX, el botánico austríaco Arturo Hruska, embelesado por el microclima de Garda, compró una villa con el inmenso jardín en las espléndidas colinas de Gardone Riviera. Gran apasionado y conocedor de plantas y botánica, había admirado los jardines de todo el mundo en sus largos viajes y aquí creó uno espectacular.
Fue en los años noventa cuando Andrè Heller, el nuevo propietario, decidió abrir sus puertas a colegas y amigos artistas y el jardín ganó en popularidad.
Algunos donaron sus obras como respuesta al apoyo y a la hospitalidad. Actualmente, aunque es una residencia privada, se puede visitar el jardín, que sigue abierto al público. Hoy en día, los cultivos han cambiado en consonancia con el cambio del microclima tan apreciado por el primer propietario, pero el jardín está repleto de peonías, azaleas, bambusa vulgaris y todos los años, los jardineros plantan diez mil bulbos nuevos. ¡Una variedad botánica que no te puedes perder
El jardín de Heller
Jardín botánico de Brera
Detrás de la fachada sur de la Pinacoteca de Brera, se esconde el oasis verde del jardín botánico gestionado por la Universidad degli studi de Milán. Durante el año de confinamiento, nunca cerró y un trabajo incesante de invernaderos y parterres garantizó que este histórico pulmón verde se regenerara y prosperara. El jardín data del siglo XIV. Era un lugar de descanso, meditación y cultura para grupos religioso jesuitas. En la segunda mitad del siglo XVIII, gracias al entusiasmo de la emperatriz María Teresa de Austria, el Palacio de Brera se convirtió en un eje cultural de Milán, tanto por el arte, como por las letras y las ciencias. De este modo, en la segunda mitad del siglo XVIII, el jardín fue nombrado oficialmente el Jardín Botánico de Brera. Todavía hoy en día, el jardín, además de conservar y preservar el patrimonio verde, sigue queriendo hacer que el público conozca la naturaleza, proponiendo experiencias destinadas a las familias, como Arte Orto, proyecto nacido en colaboración con la pinacoteca para guiar a adultos y niños en el descubrimiento del hilo que une las obras expuestas en las salas con las plantas que crecen en su interior. En la entrada, se acompaña al visitante a descubrir el mundo vegetal representado en algunas pinturas famosas de la pinacoteca de Brera y a verlo en la realidad entre las plantas cultivadas en el jardín. La intención es crear un museo dinámico, que se puede visitar durante el año, descubriendo, en cada visita, un cambio vinculado a los ciclos de la naturaleza.
Aurora
La línea Aurora se distingue por el diseño de hierro forjado a mano de los respaldos, los asientos y la base de las mesas. Romántica y armónica, cuenta con: banco, butaca, silla, mesa, consola plegable, tumbona regulable, armario y una mesa-jardinera que se transforma en una práctica mesita de té, gracias a una superficie ovalada suplementaria.
